Así se formaron los voluntarios. Seres científicos, dispuestos a todo para poder
difundir a la energía-pensamiento hasta los confines del universo y poder también a
través de las investigaciones, mejorar al todo y mantenerlo sano, activo, dinámico y
actualizado.
Los seres científicos abarcaban todas las áreas del conocimiento, su sabiduría era
completa y milenaria y estaban totalmente provistos de todas las herramientas
necesarias para sus investigaciones y descubrimientos. Grandes laboratorios eran
montados con todos los adelantos tecnológicos, todo era estudiado y analizado
minuciosamente, nada escapaba y cada descubrimiento se grababa en los cristales
para la eternidad de la sabiduría universal.
Los ayaplianos-voluntarios comenzaron a colonizar el universo. El descenso se
efectuaba gradualmente, evitando con ello cualquier interferencia energética que los podría contaminar o enfermar y así también el universo se expandió, se interconectó y
creció en sabiduría. Fue una ardua labor de evolución y elevación. La realidad
secundaria fue colonizada y esos planetas se desarrollaron maravillosamente con
todo esplendor y desenvolvimiento.
La realidad regular estaba totalmente complacida de ver a sus hermanos e hijos
diseminados en el vasto universo, unidos como una sola familia y un solo ser. El
universo se encontraba en plena armonía y amor. El conocimiento nutría a las
realidades eran todos eran uno, hasta que un día...
La Confederación Cósmica de planetas se confrontó con un serio problema. El planeta
y los seres, del planeta secundario llamado Satién, ubicado en la constelación de
Urzo, estaba presentando síntomas extraños en su energía, los seres no reciclaban el
conocimiento cósmico, significaba que no se nutrían de la Sabiduría Universal, eso
les producía inercia y lentitud en la elaboración y captación de pensamientos y al tener
esta anomalía, se retroalimentaban de sus propios pensamientos, formando un círculo
vicioso y retroactivo. Alertados la Confederación Cósmica de Alfa Centauri, Las Pléyades y Orión,
decidieron reunir un grupo de voluntarios-científicos, los cuales se encargarían de
hacer un estudio profundo en el planeta Satién, para determinar las causas
ambientales y el por que de la Ionización de la atmósfera.
Escogieron a un grupo de voluntarios-científicos de cuatro planetas pertenecientes a
las Pléyades, los cuales estaban bajo el comando del planeta Morlem. Este grupo se
encargaría de estudiar profundamente el problema ambiental y el comportamiento
cerebral de los seres de Satién. Fueron escogidos 66 voluntarios, los cuales debían
descender al planeta y convivir con los densificados de Satién, estudiar las reacciones
alteradas del planeta y de los seres. Los 66 voluntarios-científicos comandados por
Luzbel, uno de los más grandes científicos del planeta Morlem, se prepararon para el
viaje, llevando consigo un bagaje extraordinario de sabiduría milenaria, que los
ayudaría a descubrir lo que estaba sucediendo.
Partieron en una gran nave-laboratorio tecnológicamente preparada, la cual surcaría el
espacio sideral, todos estaban confiantes que regresarían lo más pronto posible con
las respuestas que la confederación requería. El viaje se realizó sin ningún
contratiempo, llegaron al planeta Satién y para evitar una posible contaminación se
instalaron en la parte mas fría del planeta, o sea en los polos, porque así la ionización
no podía afectarlos. Satién no se encontraba completamente desarrollado, el planeta
había retrasado su evolución y la elevación aún estaba en proceso de definición, por
la lentitud de sus energías-pensamientos que se encontraban densificadas.