Los mensajeros ayaplianos-reptilianos escogidos y preparados por los voluntarios, se
encontraban diseminados por el planeta Satién. Ellos enseñaban y transmitían el
conocimiento que los voluntarios les habían encomendado telepáticamente.
El trabajo de los mensajeros era arduo, lento y demorado, a pesar de todos los
esfuerzos realizados, los habitantes de Satién no entendían, por lo tanto no asimilaban
el conocimiento y al no hacerlo, los problemas resurgían una y otra vez, guerras,
hambre, desolación, miseria, violencia, maldad, imperaba en el planeta. Cuando se
creía haber vencido una energía-pensamiento dañina, surgía otra más fuerte y más
enferma que la anterior.
Los gobiernos del planeta ajenos a la intervención secreta de la Confederación
Cósmica no se imaginaban lo que estaba aconteciendo y menos de la ayuda que
estaban recibiendo de otros planetas, sobre todo de la presencia de naveslaboratorios en los polos del planeta.
Luzbel hasta ese momento había trabajado en el silencio, pero al ver que todos los
esfuerzos no daban el resultado esperado, decidió que había llegado el momento de
presentarse ante los gobiernos del planeta, para explicarles personalmente la
gravedad del caso. Los guardianes habían trabajado en forma sutil y secreta,
esperando con ello que la transformación del planeta y de los seres se diera por propio
esfuerzo y trabajo, de esa forma conservarían la autenticidad de su labor y no la
atribuirían ni a la magia ni al milagro, si no a su propia intención de lograrlo. Esa
transformación hecha de una forma honrosa, alimentaría al planeta para nuevos logros
futuros.
La Confederación Cósmica alertada por Luzbel, le permitió realizar la idea de
presentarse ante los gobiernos del planeta tomando por supuesto todos los cuidados
necesarios. Luzbel y los voluntarios, a través de los mensajeros, anunciaron su
presencia y pidieron una reunión con los líderes gubernamentales escogidos por su
elevación energética y la pureza de sus pensamientos. La reunión se realizaría en el
polo sur, donde estaba ubicada la nave-laboratorio. Algunos de los gobiernos de
Satién reaccionaron con positividad, alegría y con muchas esperanzas para el planeta.
Otros se mantuvieron atentos y alertos a los acontecimientos y hubo aquellos que
reaccionaron negativamente, rechazando desconfiadamente cualquier ayuda.
Los gobiernos escogieron 22 representantes-científicos, los cuales en conjunto con los
voluntarios, estudiarían las causas por las cuales Satién estaba enfermo. Estos
representantes cohabitarían con los voluntarios en la nave-laboratorio, serían
enseñados por ellos, así el conocimiento sería dado al planeta para el beneficio de
todos por igual, a través de la educación llegaría a la populación más rápido y
uniformemente.
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