El planeta Satién comenzó a ser concientizado través del conocimiento cósmico. Los
habitantes debían despertar sus conciencias a un nivel mayor de vibración, al levantar
la vibración-pensamiento lograrían estabilizar a la energía y con ello, lo demás se
colocaría en orden automáticamente.
Luzbel y su grupo de voluntarios se encargarían de transmitirles el conocimiento y por
esa labor, fueron nombrados por la confederación: Guardianes del planeta Satién.
Vivirían en los polos del planeta y diseminarían el conocimiento a través de los
mensajeros, los cuales serían un grupo de habitantes escogidos y preparados
especialmente para ese menester.
Luzbel y su grupo jamás imaginaron lo que les esperaba, no sabían que se
encontraban en un planeta donde la energía ya no funcionaba como ellos pensaban,
se había corrompido y encausado por caminos inciertos y torcidos y había perdido la
pureza de su creación.
Definitivamente los habitantes de Satién ya no vivían de acuerdo a los parámetros del
universo, ellos habían creado sus propias normas y modos de existencia. Los
habitantes de Satién ya no eran considerados ayaplianos, ellos eran: ayaplianosreptiloides.
Toda esa amalgama energética e ionización, marcaron cambios profundos en la
energía del planeta y de los habitantes de Satién. La estructura de seres-ayaplianos se
había transformado en seres-reptiloides, conservaban la forma-hombre básica, más ya
no en su fórmula energética. Piel escamosa y es-verdeada, cabeza grande sin
cabellos, frente prominente, ojos rasgados, claros y de pupilas oblicuas, altos,
delgados, brazos y piernas finas, sangre fría y sistemas adaptados a su alimentación,
constitución fuerte y muy dúctil a diferentes graduaciones gravitacionales. Los
ayaplianos-reptiloides no se adaptaron cerebralmente al conocimiento cósmico que
Luzbel y los voluntarios impartían, las enseñanzas para ellos eran demasiado
profundas y al no poderlas asimilar ni entender, no se efectuaba la inversión de
pensamientos por la fuerte naturaleza de su condición reptil.
El conocimiento universal hasta cierto punto lo asimilaban, el entendimiento trataban
de comprenderlo, más el amor no lo entendían y menos podían asimilarlo. Este fue el
gran problema con el cual se confrontó Luzbel, la naturaleza reptil era un gran reto, un
desafío que ni Luzbel ni la Confederación Cósmica imaginaron.
En el lapso de las investigaciones, de la transmisión del conocimiento, de los estudios
profundos de la naturaleza reptiliana, en el contacto directo con los habitantes del
planeta, en el ir y venir de Luzbel y su grupo, comenzaron a notar en ellos ciertas
diferencias en su energía que los alertaron.
A pesar que los voluntarios vivían en el frío de los polos para evitar la contaminación,
la vibración del planeta los había alcanzado de alguna manera. Ellos habían tomado
todas las precauciones para evitar una posible contaminación, la nave-laboratorio se
encontraba justamente en el paralelo cero, significaba que la atmósfera no llegaba a
circundar la totalidad del planeta, cuando la energía enferma llegaba a ese paralelo,