Alertados la Confederación Cósmica de Alfa Centauri, Las Pléyades y Orión,
decidieron reunir un grupo de voluntarios-científicos, los cuales se encargarían de
hacer un estudio profundo en el planeta Satién, para determinar las causas
ambientales y el por que de la Ionización de la atmósfera.
Escogieron a un grupo de voluntarios-científicos de cuatro planetas pertenecientes a
las Pléyades, los cuales estaban bajo el comando del planeta Morlem. Este grupo se
encargaría de estudiar profundamente el problema ambiental y el comportamiento
cerebral de los seres de Satién. Fueron escogidos 66 voluntarios, los cuales debían
descender al planeta y convivir con los densificados de Satién, estudiar las reacciones
alteradas del planeta y de los seres. Los 66 voluntarios-científicos comandados por
Luzbel, uno de los más grandes científicos del planeta Morlem, se prepararon para el
viaje, llevando consigo un bagaje extraordinario de sabiduría milenaria, que los
ayudaría a descubrir lo que estaba sucediendo.
Partieron en una gran nave-laboratorio tecnológicamente preparada, la cual surcaría el
espacio sideral, todos estaban confiantes que regresarían lo más pronto posible con
las respuestas que la confederación requería. El viaje se realizó sin ningún
contratiempo, llegaron al planeta Satién y para evitar una posible contaminación se
instalaron en la parte mas fría del planeta, o sea en los polos, porque así la ionización
no podía afectarlos. Satién no se encontraba completamente desarrollado, el planeta
había retrasado su evolución y la elevación aún estaba en proceso de definición, por
la lentitud de sus energías-pensamientos que se encontraban densificadas. La falta
de evolución les había causado muchos problemas, tanto el planeta como los seres,
se encontraban en un nivel vibratorio bajo y denso, esa vibración los estaba
envolviendo en un retardo secuencial, que cada vez se convertía en un problema
mayor.
La nave-laboratorio se instaló en el polo sur del planeta, Luzbel y su grupo
comenzaron las investigaciones. Después de muchos estudios y descubrimientos
profundos, llegaron a la conclusión que el planeta Satién estaba ionizado, por la
emanación de las energías-pensamientos que los seres del planeta elaboraban en sus
cerebros. Esas energías-pensamientos ionizadas, se habían colocado alrededor del
planeta formando una malla densa, calorífica y extremadamente violenta. Esta malla
formaba cúmulos gaseosos de electricidad condensada, la cual explosionaba en forma
de tormentas, tornados, lluvias torrenciales y sobre todo en descargas eléctricas.
Estas descargas eran tan violentas e intensas que al caer en el planeta electrificaban
la tierra, las semillas cultivadas absorbían la energía descontrolada y en un círculo
vicioso, los habitantes se alimentaban de todo el descontrol energético, afectándoles la
salud de su energía.
Era un círculo energético enfermo creado por los mismos habitantes. Por otro lado
descubrieron, que toda la tecnología que existía en el planeta trabajaba de acuerdo a
la misma electricidad descontrolada, afectando con ello los sentidos, causando
enfermedades extrañas que los seres de Satién no podían entenderlas, evitarlas y
menos curarlas.
La electricidad descontrolada era la base de todo el problema del planeta Satién. La
ionización también estaba perjudicando profundamente sus mentes, los seres se
tornaban cada vez más violentos, agresivos, inconformes, tristes y angustiados,
porque la malla calorífica cargada de iones alrededor del planeta, los estaba
enloqueciendo. La luz que el planeta absorbía de su sol, se filtraba a través de los
iones, distorsionándola, cuando ella llegaba a la superficie del planeta estaba
totalmente cargada de una luz artificial que producía una carga eléctrica adicional
afectando a la energía.
Cuando los seres respiraban la energía cargada de iones, reaccionaban
coléricamente y con mucha violencia. Los problemas se agravaron en el transcurso de
los tiempos, la tecnología y la ciencia afianzaron aún más las consecuencias
negativas, llevando al planeta a un estado deplorable, porque usaron indebidamente e
indiscriminadamente los recursos que el planeta les ofrecía, la supuesta tecnología y
ciencia crecieron de acuerdo a ello, contaminando y profundizando más, el problema
existente.
El planeta Satién estaba muy enfermo. La electricidad, las ondas vibratorias y la
densidad de la ionización, estaban acabando con el planeta, los habitantes ignorantes
de todas las consecuencias negativas producidas por ellos mismos, continuaban
elaborando nuevas tecnologías que ellos las denominaban, progreso, modernidad,
avance y evolución. El planeta Satién se encontraba inmerso y dentro de una gran
estufa calorífica electrificada de iones descontrolados, que en el transcurso del tiempo
ocasionaría una tremenda condensación energética de inmensas proporciones que se
podía comparar a una bomba nuclear.
Luzbel y su grupo de científicos, comunicaron a la confederación cósmica todo lo que
estaba aconteciendo, propusieron una inmediata y urgente concientización del planeta,
aduciendo que el despertar de conciencia produciría en los habitantes de Satién.
El planeta Satién comenzó a ser concientizado través del conocimiento cósmico. Los
habitantes debían despertar sus conciencias a un nivel mayor de vibración, al levantar
la vibración-pensamiento lograrían estabilizar a la energía y con ello, lo demás se
colocaría en orden automáticamente.
Luzbel y su grupo de voluntarios se encargarían de transmitirles el conocimiento y por
esa labor, fueron nombrados por la confederación: Guardianes del planeta Satién.
Vivirían en los polos del planeta y diseminarían el conocimiento a través de los
mensajeros, los cuales serían un grupo de habitantes escogidos y preparados
especialmente para ese menester.
Luzbel y su grupo jamás imaginaron lo que les esperaba, no sabían que se
encontraban en un planeta donde la energía ya no funcionaba como ellos pensaban,
se había corrompido y encausado por caminos inciertos y torcidos y había perdido la
pureza de su creación.
Definitivamente los habitantes de Satién ya no vivían de acuerdo a los parámetros del
universo, ellos habían creado sus propias normas y modos de existencia. Los
habitantes de Satién ya no eran considerados ayaplianos, ellos eran: ayaplianosreptiloides.
Toda esa amalgama energética e ionización, marcaron cambios profundos en la
energía del planeta y de los habitantes de Satién. La estructura de seres-ayaplianos se
había transformado en seres-reptiloides, conservaban la forma-hombre básica, más ya
no en su fórmula energética. Piel escamosa y es-verdeada, cabeza grande sin
cabellos, frente prominente, ojos rasgados, claros y de pupilas oblicuas, altos,
delgados, brazos y piernas finas, sangre fría y sistemas adaptados a su alimentación,
constitución fuerte y muy dúctil a diferentes graduaciones gravitacionales. Los
ayaplianos-reptiloides no se adaptaron cerebralmente al conocimiento cósmico que
Luzbel y los voluntarios impartían, las enseñanzas para ellos eran demasiado
profundas y al no poderlas asimilar ni entender, no se efectuaba la inversión de
pensamientos por la fuerte naturaleza de su condición reptil.
El conocimiento universal hasta cierto punto lo asimilaban, el entendimiento trataban
de comprenderlo, más el amor no lo entendían y menos podían asimilarlo. Este fue el
gran problema con el cual se confrontó Luzbel, la naturaleza reptil era un gran reto, un
desafío que ni Luzbel ni la Confederación Cósmica imaginaron.